Señoras y señores, damas y caballeros, padres y madres del mundo,
estoy a punto de pasarme a las infusiones!!!
Puede que no os parezca grave pero en mi caso que soy acérrima defensora del café como terapia, es un marcador importante de que algo importante está pasando.
Y es que este año después de varios avisos, sospechas y señales, hemos llegado definitivamente al momento preadolescente.
El último curso fue una montaña rusa: a veces parecía adulta, otras era mi niña. Este curso es una preadolescente de manual. Eso que quiere decir? Pues que cada segundo es diferente e intenso. Y para sobrellevar esa intensidad es posible que tenga que dejar la cafeína....
Pero reconozco que esta nueva fase me gusta. Porque cada día me sorprende; su personalidad fuerte y decidida empieza a matizarse, sus decisiones me asombran y cada día me gusta más recorrer con ella esta parte del camino. Hemos encontrado la manera de estar juntas en este proceso.
Estoy empezando a leer sobre el tema con la esperanza de minimizar los errores de mi inexperiencia. Porque si hay algo "incómodo" en esto de la maternidad es que cuando empiezas a dominar la lactancia, se acaba; cuando puedes cambiar pañales con una mano a la espalda y los ojos vendados, hay que quitárselos; cuando te aprendes las canciones de las vocales, empiezan Primaria en un colegio trilingue. Vamos, que cuando parece que dominas una fase, ya estamos en la siguiente! ¿Cuándo voy a ser madre nivel consultor senior?
De momento he encontrado este blog de una madre en la misma situación. No sé hasta qué punto ayudará pero la unión hace la fuerza o en su versión mas castellana, mal de muchos...
Así que estoy pensando que quizás la solución sea añadir un chorrito de orujo al café y dejar que la vida siga su curso...