domingo, 21 de junio de 2015

El café de los viernes (otra vez en domingo!!)

Yo lo intento peeeero no hay manera de llegar al café del viernes, aunque café nos tomamos, eh?. Pero esta semana tengo una disculpa excelente. Ha sido una gran semana, en realidad han sido dos grandes semanas. Y como el blog es mío y tampoco es que lo lea medio mundo (vamos, ni el tato...) os voy a explicar con detalle por qué.



Primero. Este curso escolar ha acabado. Si en septiembre me hubieseis preguntado cómo es tu hija mayor, hubiera respondido de una manera muy distinta a hoy en día. Este año mi hija mayor me ha enseñado tantas cosas! Me ha demostrado que es asombrosa en todos los aspectos, cuando se enfada y cuando se esfuerza, cuando pregunta y cuando escucha, cuando crea y cuando observa. Es un placer acompañarla en este viaje. Porque si algo he aprendido es que tengo que acompañarla, no llevarla ni protegerla. Tengo que ser como un nido, que acoje y sostiene, no como una cueva, que aisla y encierra. Me lo ha enseñado una niña que dentro de poco cumple 9 años. Y cuando pienso en ella, me vienen a la cabeza palabras como orgullo, asombro, admiración, ilusión, esfuerzo,... 
Bravo I.!!!!!!




Segundo. Mi peke se graduó el viernes pasado en Infantil. No es un gran título pero es el comienzo de un gran curriculum. Toda su clase hizo una representación en el cine del colegio, varias canciones con coreografía. Por supuesto, como buena madre del artista, lloré como una magdalena. Porque mi peke es energía pura, de la buena, de la que se contagia y te saca una sonrisa. Encantador y zalamero, listo y friki, guapo a rabiar y con tantos defectos como virtudes. Pero todas se las perdono si me sonríe y me llena de besos. Porque es mi pequeño milagro. Durante su embarazo, oí varias veces la frase "preparate para lo peor", mucho reposo, muchas hemorragias, mucho miedo. Pero en el mismo instante en el que le tuve encima, me cargó como una pila. Él es mi alegría.




Tercero. Llegados a este punto, os diré que no puedo mas. Se me acabaron las reservas de paciencia, zen, karma y equilibrio. Sobrevivo como puedo a la vorágine de reuniones, excursiones, funciones, cumpleaños, fiestas y demás eventos. Pero ha llegado el momento de olvidarse de horarios, obligaciones y demás. Quiero/necesito/deseo fervientemente levantarnos sin prisa, desayunar sin contar los minutos, desconectar todas las alarmas. También estaría bien tener sol y buen tiempo, pero eso en las tierras del Norte es pedir un milagro...

Empezaremos con algunas cositas de esta lista... Feliz verano y buen café!



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